domingo, 7 de agosto de 2016

LA MISIÓN NEVADO...


Una de las misiones que me causa mucha curiosidad es la Misión Nevado. Es una misión que cuando la anunciaron (a finales del 2013) confieso que me llenó de muchas expectativas, ya que para mi un perro es una de las mascotas mas leales que existen.

Pero también confieso que pasado ya un tiempo y me parece que existen mas perros en la calle que antes. No se que ha pasado, si es que la gente a tirado a sus perros a la calle en los dos últimos años o que habita en nosotros un concepto que el Estado a través de esta misión debe encargarse de sus perros ahora. He visto perros que deambulan perdidos, despistados y asustados en las calles, que cruzan y casi los atropellan los carros, se notan que no saben caminar por esta traficada ciudad.

Parece que esta misión se ha centrado en atender a las mascotas que tienen dueños. Dueños que llevan a sus mascotas a los diferentes puntos y que son atendidos gratuitamente por los veterinarios que imagino hacen un excelente trabajo, pero pienso que esto solo no debe llegar hasta ahí, se debe pensar exactamente en esos animalitos que están en situación de calles y que son muchos.

Dios permita que ilumine a alguien de esta institución (y que sea escuchado por las altas autoridades) para que  obtengan un terreno donde se puedan llevar a estas criaturas que deambulan por toda la ciudad y sean atendido con posibilidad de ser adoptados. Y por supuesto que esto no se convierta en un entramar de corrupción en perjuicio de estos débiles y desprotegidos seres que solo necesitan ser amados. Y que su eslogan sea real, que su "Capacidad de amar sea infinita" 

Por eso pienso y luego hablo...

lunes, 1 de agosto de 2016

EN TIEMPOS BUENOS Y EN TIEMPOS MALOS

Desde tiempos inmemorables, se han escuchados  y luego se escribieron, esas historias, cuentos y relatos sobre los momentos que hay en la vida entre los buenos y malos tiempo, tanto en las ciudades y pueblo, como entre los seres humanos.

Uno de los más conocidos es el relato bíblico de Josué, hijo de Jacob, que fue vendido en el desierto a una caravana que iba hacía Egipto. Luego fue recomendado al Faraón por interpretar algunos sueños con mucha exactitud. El Faraón le cuenta su sueño de las sietes vacas gordas y las sietes vacas flacas, por lo que su sugerencia fue ahorrar un porcentaje en tiempos de abundancia para tener lo suficiente en tiempos de escasez, lo demás todos lo sabemos (Génesis 41).

Desde allí hemos aprendido -no así llevado a la práctica- sobre cómo comportarnos durante ambos tiempos. Lo cierto es que en Venezuela no se ha podido nunca, en ninguno de los sectores (tanto políticos, empresarios y gente común) realizar esta práctica en ninguno de los tiempos. Más bien nos hemos dedicado a gastar o a endeudarnos más en los tiempos de escasez.

En los últimos siete años (hablando de las vacas en el sueño del Faraón) en este país se podía comprar, vivir, comer, viajar... pero aun así la gente se quejaba (y aun lo hacen) cuando regresaban de los viajes en el extranjero. Creo que tuvimos años de abundancia pero al mismo tiempo de despilfarro.  Unos años fueron para los cogollos políticos y empresariales que se daban la gran vida “negociando” con el Estado, mientras que al venezolano lo llamaban flojos a pesar de levantarse temprano a trabajar en las empresas que se maneja desde el extranjero.

Luego vinieron los años en que se repartió la renta petrolera entre todos los venezolanos y extranjeros que han hecho vida en este país de gracia. Todos, sin excepción hemos tomado un pedazo de esa renta en sus diferentes facetas. Nos acostumbramos a ir a restaurantes caros y baratos, discotecas, carros, ropas y zapatos de todo tipo (cambiando de moda cada mes) a vivir de un consumo descontrolado, de un gasto no planificado y a botar lo que nos estorbaba, en fin… nos acostumbramos a comprar todo y no producir nada.

Ahora tenemos a un Estado que se nos cae encima, se nos vienen las vacas flacas, y no asumimos que somos culpables del desgaste del Estado que, aun muriendo amamanta con sangre para que sobrevivamos. Ahora, al igual que el hermano egoísta, le echamos la culpa al otro para no asumir responsabilidad por el florero roto, bueno… así nos acostumbraron y con ejemplos. ¡La culpa es del Estado que me dio todo, tenían que prevenir el futuro sin quitarme nada! Me perece escuchar casi exactamente esta frase, ¡claro! sin el montón de improperios y amenazas…

No asumimos ningún tipo de responsabilidad en esto. Ahora tenemos los tiempos malos y queremos irnos, no buscamos ni proponemos soluciones, no colaboramos, entorpecemos a todo lo que se quiera hacer para mejorar. Ya vamos rumbo al desastre provocado gracias a nuestro comportamiento, previsible por los que quieren ver al país en desgracia, suplicando por la ayuda que nosotros mismos podemos y debemos dar.


Ya basta de nosotros, actuemos a favor de los que vienen, ya nosotros vivimos y lo hicimos mal en los tiempos buenos, nos toca ahora tomar al país en hombros en tiempos malos y encaminémoslos al futuro próximo.